viernes, 6 de febrero de 2009

Reconociendo a Darwin. Los primates.

Incluso el preevolucionista y creacionista Linneo que fue un gran taxónomo (y que decía Dios creó y Linneo ordenó), reconocía que el ser humano era un primate. La gran cantidad de similitudes compartidas entre nuestra especie con los demás primates hacían imposible que fuésemos separados dentro de otra clasificación, aun así esto último ocurrió, más conducido por doctrinas creacionistas que por hechos científicos, constantemente se situaba al hombre dentro de este grupo de animales, pero muy alejado de cualquier otro tipo de parentesco filogenético con otros simios, la revolución molecular durante la segunda mitad del siglo XX, comprobó que no solo estamos altamente emparentados con los primates no humanos, sino que incluso, compartimos un 98% de similitudes de nuestro ADN con el de los chimpancés.


Darwin fue el primero en intuir que el ser humano se encontraba altamente emparentado con otras especies de simios, incluso dedicó un libro completo a esta temática, titulado “el origen del hombre y la selección en relación con el sexo” y aunque nunca dijo que descendiésemos de los chimpancés, sino que de un ancestro primate en común, la mentalidad victoriana de la época no lo entendió, sintiéndose la propuesta de Darwin, en muchos estratos de la sociedad como una afrenta y causando burlas como este afiche que promociona un remedio para hacer gárgaras del siglo XIX y en el se ridiculiza a Darwin y se evidencia la difícil aceptación que tuvieron sus propuestas respecto del hombre.

Actualmente nadie en su sano juicio podría situar al ser humano fuera del orden de los primates, nos parecemos desde las moléculas hasta la morfología y se han necesitado más de cien años, miles de investigaciones y constantes luchas contra la ignorancia y los pensamientos obtusos para llegar a la conclusión de que Darwin tenía razón.

2 comentarios:

  1. MMmm... Este señor Darwin siempre ha causado mucha polémica, pero está claro que con justa razón por que se dentra en algo que nos importa mucho como especia cognitiva, nuestra propia humanidad.

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  2. Eso le pasa ha todos los seres que han logrado ver más allá de su propia nariz. Te felicito Toño, es un excelente texto.

    Olimpia

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